Si a comienzos de año nos hicimos eco de las cinco mejores dietas para adelgazar, según la reciente clasificación del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO), ahora es el turno de las peores opciones para aquellas personas que quieran perder peso.
“Todos sabemos que lo mejor es ponerse
en manos de un endocrino o nutricionista, pero la práctica nos muestra
que la realidad es bien diferente y la gran mayoría de personas
emprenden una dieta sin consultar
al médico”, apunta Rubén Bravo, experto en nutrición y portavoz del
IMEO, “de modo que hemos sometido a análisis algunas de las dietas que
se han puesto de moda en el transcurso del año pasado, explicando en qué
consiste cada una y evaluando tanto su eficacia para perder peso, como
los posibles riesgos para la salud”.
Las cinco peores dietas (o las menos
saludables), según la clasificación de IMEO, se caracterizan por ser
demasiado restrictivas e incompatibles
con una vida social normal. Prometen perder mucho peso en poco tiempo,
más de 10 kilos al mes y hasta un kilo por día. Algunas utilizan
productos naturales atribuyéndoles poder milagroso para lucir un cuerpo
más delgado y joven (dieta basada en líquidos, té verde, uvas, batidos
con fórmula especial antienvejecimiento…) y suelen carecer de sustento científico. Tienen múltiples efectos secundarios que deterioran la salud y a menudo producen efecto rebote.
Son totalmente desaconsejadas para lograr una pérdida de peso saludable. Son éstas:
1. Dieta ‘The burn’ de Haylie Pomroy. Así se denomina una de las dietas más practicadas en la actualidad a la que recurren celebrities de medio mundo para perder 5 kilos en 10 días y aparentar varios años más jóvenes. Esta dieta “quema grasas”
que busca revertir desequilibrios hormonales se basa en la ingesta
diaria de sopas, batidos, frutas cocinadas y tés con formula especial antienvejecimiento.
Nos encontramos frente s una dieta
engañosa que ofrece en poco tiempo obrar milagros no sólo en pérdida de
peso, sino también en cuestiones más serias como cambios hormonales o
acelerar el metabolismo. “Con éste tipo de planes sólo conseguiremos
perder peso a base de reducir nuestros kilos de agua y masa muscular,
algo que no acelera o mejora nuestro metabolismo, sino más bien lo
empeora y lo rslentiza, creando efecto rebote posterior y agravando la
dificultad de perder kilos de grasa”, apunta el experto en nutrición del
IMEO.
2. Dieta 5.2de Jacqueline Whitehart.
Consiste en dividir la semana en 2 partes en la que se alternan cinco
días de comer, prácticamente sin limitación, con dos jornadas
prácticamente en ayuno a base de líquidos, infusiones y poco más donde
el aporte calórico diario recomendado es de apenas 500Kcal.
Muchos expertos dudan en su eficacia,
puesto que no está del todo demostrado que sirve para perder peso, ya
que las únicas pruebas se han realizado con ratones de laboratorio donde
no influye el factor social, ni términos como voluntad, ansiedad o
trastornos alimenticios. En seres humanos, un régimen así puede producir
hipoglucemia, problemas digestivos o estreñimiento.
“En personas con ansiedad o trastornos
alimenticios favorece la glotonería durante los días de ingestas sin
medidas”, subraya Bravo. Además, recalcan desde IMEO, que ninguna dieta
debería ser inferior a las 800 Kcal diarias, pues tendríamos riesgo de
sufrir desmayos por pérdida de azúcar o bajadas de tensión.
3. Dieta del té verde. Se trata de una dieta depurativa para bajar 5 kilos en 7 días. Está basada en los efectos antioxidantes, diuréticos y quema grasas
del té verde. Recomienda tomar hasta 3 tazas de esta infusión al día,
en el desayuno, media mañana y en la comida del mediodía. Suele
señalarse a Victoria Beckham como una de las estrellas aficionadas a
esta bebida.
“Es una tomadura de pelo como dieta,
pues centra la atención en el té verde para vendernos una dieta
equilibrada, muy hipocalórica, con cantidades excesivamente pequeñas y
que elimina al completo los hidratos de carbono”, discrepa Bravo. El
exceso de teína que aporta podría producir excitabilidad, nerviosismo,
cansancio e insomnio.
4. Monodieta de la uva.
Se basa en el poder depurativo y antioxidante de las uvas que se comen
con la piel para aprovechar todos sus antioxidantes y nutrientes. Basa
la alimentación durante un período de 3 a 5 días únicamente en
infusiones y de 1,5 a 3 kilos de esta fruta repartidas en 5 comidas
diarias. Promete la pérdida de peso debido a que depura al organismo y
permite controlar y revertir la retención de líquidos, así como proteger
el hígado y la función cardiovascular mediante un gran aporte de
potasio que deriva de las uvas.
La dieta
ofrece buenos antioxidantes y mucho potasio y fibra, pero elimina por
completo el consumo de alimentos proteicos y ricos en grasas buenas, por
lo que podría producir un déficit de ácidos grasos esenciales si se
prolonga en el tiempo. Asimismo,
no es una dieta de bajo aporte calórico, ya que 3 kilos de uvas suman
más de 2000 calorías a lo largo del día, por lo que esta dieta puede
provocar la pérdida de peso en algunas personas mientras que en otras,
puede no generar cambio alguno.
La principal razón por la cual la dieta
de la uva no es una propuesta aconsejable para perder peso o depurar el
organismo, es que no protege la salud ni nos enseña a comer mejor.
5. Dieta del grupo sanguíneo.
Su impulsor Peter J. D’Adamo afirma que, en función del tipo de sangre
que tengas A, B, 0 o AB, deberás comer unas cosas u otras. Como tantas
otras dietas milagro, carece de sustento científico.
Esta dieta tuvo su furor en los años 90,
y parece que ahora vuelve a captar nuevos seguidores. Establece una
relación directa entre el grupo sanguíneo, la posible genética unida a
éste y el grupo de alimentos ingeridos por las poblaciones primitivas
que mayoritariamente poseían estos grupos genéticos. Dentro de las
dietas milagros no es la más desequilibrada y dañina, aunque intenta
presentar una gran base científica cuando realmente carece de todo tipo
de fundamento cuando la analiza un experto